sábado, 21 de noviembre de 2009

¿ HAY PELEAS JUSTAS ?




Aquí algunas ideas para que pelear sea productivo y no doloroso:


1.- Elige bien por qué vale la pena discutir. Muchas veces elegimos peleas sin sentido. ¿Por qué no recogiste tu plato? ¿Por qué siempre te pones ese suéter que no combina?. Si esos detalles son cosas que te molestan, quizá no sea por el hecho en sí, sino porque representan algo más que te tiene resentida o enojada. No es el plato, sino que él nunca te ayuda con los quehaceres de la casa. El suéter es feo, pero más bien el problema es que cuando van a ver a tu familia o amigos, a él no le importa como se vea. No se trata de callarte, sino de pensar cual realmente es el problema y hablar sobre eso.


2.- Nunca perder el respeto. Al discutir, los ánimos se pueden ir calentando. Él no te entiende, tu no lo entiendes, y se vuelve una cuestión de ganar o perder. Pero lo que no se dan cuenta es que con faltas de respeto siempre es la relación la que pierde. Por eso hay que evitar subir el tono de voz, los gritos no llevan a ningún lado ni hacen que la otra persona te comprenda mejor. Tampoco ayuda el darle nombres groseros o tratarlo con burlas o sarcasmos.


3.- No critiques su forma de ser, más bien habla de acciones concretas que te molestan, pide lo mismo de vuelta. Es muy diferente decir “tu eres un desconsiderado” que decir “cuando haces eso eres desconsiderado”.


4.- Escucha con atención. Dejar que la otra persona se exprese hasta que termine es importante. Si tu comienzas a rebatir antes de que deje de hablar quizá pierdas algo de información, además de que si siente que haces un esfuerzo por comprender él también hará lo mismo.


5.- Hay que llegar a un compromiso. Pelear no se trata de que uno gane y otro pierda, se trata de llegar a una resolución que los ayude a convivir mejor. Ni tu ni él tienen “toda” la razón.


6.- Saber pedir perdón. Si al discutir te das cuenta de que fuiste injusta con algún juicio o crítica o que heriste a la otra persona pide perdón. De esta forma no quedarán rencores después de una buena discusión".


Consejos que ponen en evidencia que juntos se pueden arreglar los conflictos, que sí es posible "dar una vuelta de tuerca y seguir". Se trata de aprender a quererse uno mismo, de estar bien, sentirse bien.

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