sábado, 21 de noviembre de 2009

El Aborto un Terma de Salud Pública ...

La vida es como una espiga de trigo,
unas veces es sesgada en plena madurez,
otras prematuramente.
(Eurípides)


La plaga del aborto va extendiéndose, encuentra como terreno de cultivo una sociedad hedonista, una cultura en la que los principales valores son la producción y el consumo, el dinero y la técnica. El rechazo de los hijos es una consecuencia lógica. El amor lleva consigo un componente de sacrificio por la persona amada y cada día es mayor el número de los que estiman eso como una servidumbre insoportable.

En el libro de los Vedas el aborto se consideraba como un gran pecado comparable al asesinato de un Brahman. En libros posteriores siguió teniéndose como pecado grave, pero ya no tanto, y las leyes de Manú lo enjuician como una ofensa de la mujer al marido que se castigaba con la expulsión de la sociedad.

Una de las principales fuentes de las leyes romanas fue la Ley de las Doce Tablas que ordenaba la muerte de los recién nacidos débiles o defectuosos. Entre las opiniones de espíritus cultivados oponiéndose a la práctica del aborto, figura la de Séneca. La influencia de los estoicos fue, sin duda, favorable en el sentido de humanización de costumbres al ordenar éstas en concordancia con su máxima de "seguir las leyes de la naturaleza.

Con el cristianismo, desde entonces más que antes, el respeto a la vida del niño, fuera nacido o antes de nacer, dejó de ser una obligación nacida del derecho del padre, que no se podía conculcar, y a pasó a ser una obligación moral con su fundamento en el carácter humano de la criatura, merecedora de respeto por sí misma.

Un video que nos hace reflexionar:



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