martes, 21 de septiembre de 2010

DEFICIENCIAS EN LA FORMACIÓN DE ABOGADOS ACENTÚA EL DESCONTENTO Y PROBLEMAS DEL SISTEMA JUDICIAL


Educación legal atañe a todos
Atender deficiencias de esta enseñanza requiere acciones compartidas
Advierten mayor estratificación entre los profesionales del derecho
El problema de la existencia de muchos o pocos abogados no tiene relación con el número de profesionales sino con la percepción de su utilidad social, advierte el profesor visitante de la Escuela de Leyes de la Universidad de Stanford, Rogelio Pérez Perdomo, quien visitó a Lima para la presentación de la carrera de Derecho Corporativo de la Universidad Esan. Así, el experto hace énfasis en que los nuevos desafíos para la educación legal requieren no solo de la transmisión de conocimientos sino de nuevas competencias y destrezas.
Los cambios sociales y la globalización, ¿cómo han evolucionado la enseñanza legal?
–Mucho. En los pasados 30 años, la educación jurídica ha sufrido cambios sustanciales, y, en particular, en América Latina, la enseñanza tradicional basada en la sola explicación del profesor sobre las reglas del derecho, es considerada de dinosaurios. Hoy, esta formación se concentra mucho más en la transmisión de competencias, actitudes y valores. No sólo de conocimientos. La argumentación es fundamental. Existen también otras competencias más complejas, como la investigación.
¿Importa el desarrollo de cualidades y destrezas?
–En efecto, el mundo cambió, el cliente ya no espera solo un lenguaje florido sino también un saber, cualidades y destrezas más específicas, para desarrollar sus capacidades de relaciones interpersonales y negociación, así como el análisis, reflexión e investigación. La legislación cambia, lo mismo que los criterios jurisprudenciales y doctrinales. Un abogado que no esté atento a estos cambios o sepa superar ese conocimiento cuando lo necesite, pierde su saber en relativamente pocos años. Y, sin embargo, muchas escuelas siguen más interesadas en transmitir conocimiento, que en entrenar a sus alumnos en cómo buscarlos.
En el Perú y en muchos países de la región, se advierte una crisis de la enseñanza legal y sobrepoblación de estudiantes de derecho. ¿La solución pasa solo por cerrar facultades?
Eso, es un problema bastante viejo. En realidad, la idea de que si son muchos o pocos, no tiene que ver con el número sino con la percepción de utilidad social. Aquí, el problema es la calidad de la enseñanza, pues hay egresados muy mal preparados, prácticamente, sin ninguna competencia importante, aunque también es verdad que no todos son malos. En la región, existen escuelas de derecho innovadoras, que buscan formar abogados para las necesidades de la sociedad globalizada, lo cual aumenta la estratificación en abogados. Sin duda las universidades y  colegios de abogados deben fijar acreditaciones. (MAC)
Solución global
¿Advierte que el problema de la educación legal es un problema de todos?
–Por supuesto, la pésima formación del abogado no solo acentúa la estratificación entre abogados, sino que los letrados peor preparados y con mayores dificultades para ingresar al mercado laboral, asistirán a los clientes socialmente más vulnerables, con pésimos servicios, lo cual acentúa el descontento. También es desastroso para los sistemas de justicia, pues su desconocimiento los hace elaborar demandas o defensas disparatadas, dificultando la labor de jueces y administradores. Eso es un serio problema social. Por eso, la educación jurídica no es un problema exclusivo de los colegios de abogados o escuelas de derecho, sino de todos.
¿Cuáles son las responsabilidades para quienes tienen la oportunidad de dirigir estas escuelas?
–El gran desafío para quienes tenemos la responsabilidad de dirigir escuelas de derecho, en una sociedad tan cambiante, es todo un reto. En principio, importa diseñar currículos y metodologías que promuevan la creatividad y la investigación, para que los jóvenes puedan adaptarse a un mundo cada vez más cambiante. Luego, crear mecanismos para que las personas socialmente desfavorecidas puedan disponer de mejores servicios jurídicos. Y, para que los abogados mejor preparados, adquieran también conciencia social que les permita, tener sensibilidad respecto al problemas de los excluidos. 
Incrementan diferencias
¿Alerta sobre la estratificación entre abogados?
Así es, en casi toda América Latina han proliferado escuelas de derecho con el menor esfuerzo posible y sin ninguna atención por la calidad académica. Estos centros, también llamados fábrica de ilusiones, son verdaderos fraudes a los estudiantes y a sus familiares, pues como resultado de una educación barata, solo egresan abogados mal preparados, quienes prácticamente están excluidos de la entrada a los segmentos importantes de la profesión jurídica. En cambio, hay abogados formados en mejores escuelas de derecho, que patrocinan clientes con enormes ingresos y prestigio social. 

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